"Corre,vuela, no te detengas"

By Ángela - abril 24, 2017


Hace dos semanas asistí a una charla del CAF (Centro Atención a las Familias) sobre el Autoestima de lxs niñxs y nuestro papel como familias.

Si buscamos la definición de autoestima, aparece "valoración generalmente positiva de sí mismo". ¿Generalmente?En la RAE ya saben que no siempre nos queremos tanto como deberíamos.

A priori, este hecho de no valorarnos como merecemos tiene algunos efectos en nuestro día a día, pero es cuando decidimos ser madres y padres cuando tiene una mayor implicación. Y es que, en la medida que nos queramos, nos tratemos y nos hablemos, así lo harán nuestros hijxs. Nuestras palabras tienen que corresponderse con nuestra actitud, ya que lxs niñxs están más en sintonía con nuestras emociones de lo que estamos lxs adultxs y aprenden por imitación. 

De nada sirve que yo les diga a mis hijos que ellos valen mucho, que conseguirán aquello que se propongan, si ante el menor obstáculo que se presente en mi vida me voy a decir "soy un desastre, no se me da bien nada". Hay un ejemplo aún más claro, y es cuando nuestrxs hijxs quieren algo y lo piden con todas sus fuerzas, gritando, llorando,golpeando cosas...¿te suena? . Lunes por la mañana, sales con la hora justa para ir a llevar a lxs niñxs a la escuelita y de repente, un atasco monumental. Gritas, maldices al coche de delante, golpeas el pito...¿te suena? En ambos casos hay frustración, pero en el primero le decimos que mejor pida las cosas con palabras e, incluso, que no hace falta ponerse así. Pero, y lxs adultxs, ¿no hacemos lo mismo que nuestrxs hijxs? Una vez más, vemos como no se corresponde nuestras palabras con nuestro comportamiento.

Nuestras palabras tienen un gran poder para la mente y tenemos una gran responsabilidad en cuales empleamos, especialmente con lxs niñxs, ya que existe en psicología y pedagogía lo que se conoce como "Efecto Pigmalión" o "Profecía autocumplida". Es decir, que las expectativas que tengamos hacia alguien,tiene como resultado que esa persona se comporte como esperamos que lo haga.

Bien, llegados a este punto, es importante tener claro que, primero tenemos que querernos más a nosotrxs mismxs para que nuestrxs hijxs puedan nutrirse de ello y que nuestras palabras tienen un gran poder sobre ellxs y somos responsables de lo que les decimos.

Otro ejemplo. Mi hijo mayor intenta subir una rampa con la bici y me dice que no puede. Si yo le digo, "no lo vas a conseguir y te vas a caer", se caerá y no lo conseguirá. Sin embargo, si le digo "corre, vuela, no te detengas. Y si te caes, aquí estoy para levantarte", ¿qué piensas que ocurrirá?

Te dejo un anuncio de seguros que es muy ilustrativo. Espero que te guste.




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