Desde que me quedé embarazada tuvimos claro que queríamos que el número de juguetes que tuviesen nuestros hijos no fuese excesivo, que también habría materiales desestructurados (conchas, piedras, palos, rodajas de madera...) y que, en la medida de lo posible, queríamos que los regalos fuesen hechos a mano. Cuando planteábamos a nuestro entorno que preferíamos juguetes hechos a mano, algo casero, nos miraban...